Parece que en Europa no encontramos la solución para reactivar nuestra economía, está claro que tenemos un problema demográfico importante, lo que provoca un consumo débil; que tenemos un problema de deuda, como el resto de economías desarrolladas; que no conseguimos generar inflación por varios motivos y, por lo tanto, corremos el riesgo de parecernos cada vez más a Japón, eso es preocupante por diversas causas, pero en esta ocasión me gustaría hablar sobre la “artificialidad” que estamos provocando en los mercados financieros y el poco efecto que las medidas que provocan esa “artificialidad” están teniendo en la economía real.
Desde el estallido de la crisis, hace ya más de 10 años, el BCE ha implementado diversos programas para evitar mayores catástrofes a nivel financiero, sin embargo, nos encontramos con que los países siguen con un nivel de deuda muy elevado y las familias y empresas tampoco es que hayan mejorado de forma sustancial. Lo más preocupante es que la inflación (una forma de solucionar el elevado nivel de deuda) no ha aparecido en la economía europea, y probablemente tampoco se le espera en el corto plazo.
¿Dónde se aplican los programas del BCE? El “programa masivo de adquisición de deuda” que es uno de las principales herramientas por las que se intenta estimular a la economía, va dirigido a la compra de deuda de los países miembros de la Unión, además, también se ha ampliado a comprar deuda de las principales empresas, con todo esto, lo que se consigue es que haya un “gran comprador” para toda la deuda que emiten los gobiernos y grandes empresas europeas, sin embargo, se deja a las PYMES y STARTUPS fuera de la ecuación.
Deberíamos tener presente que en Europa, como en el resto del mundo, más del 80% de la economía y el empleo vienen de las pequeñas y medianas empresas, y normalmente son las grandes olvidadas de los programas de estímulo y los bancos. Si el BCE aplicara una pequeña parte del dinero que “invierte” en los programas de estímulo a apoyar a PYMES o STARTUPS es muy probable que se obtuviera un resultado mejor que el actual.
Evidentemente poner dinero en proyectos de STARTUPS o en PYMES con menos garantías que las grandes empresas, tiene un mayor riesgo pero, realmente los países desarrollados van a pagar algún día su deuda? Quizás es mejor que se destine una parte del presupuesto del BCE a proyectos que van directamente a la microeconomía aunque implique un mayor riesgo de cobro o de pérdida, que seguir comprando deuda sin límites que no sabemos si se pagará.
Es evidente que coordinar un programa de apoyos a pequeñas empresas y proyectos es complicado, pero si nos basamos en el sistema simple de apoyar o prestar en función del capital que el propio emprendedor es capaz de invertir o conseguir que otros inviertan, probablemente se simplificarían los programas y ayudaríamos al ecosistema emprendedor a florecer de forma más rápida y eficiente.